miércoles, 30 de enero de 2008

ATRÉVETE A PENSAR




EL BARÓMETRO

Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:
“Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que éste afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen y decía: “Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro”.
El estudiante había respondido: se lleva el barómetro a la azotea del edificio y se le ata una cuerda muy larga; se lo descuelga hasta la base del edificio, se marca la cuerda y se mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio. Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota más alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.
Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física. Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara.
En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: se deja caer el barómetro desde la azotea del edificio, se mide el tiempo de caída con un cronómetro. Después se aplica la fórmula h=½gt2, y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dió la nota más alta.
Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.
Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contestó, hay un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el número de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Es un método muy directo.
Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.
En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de oscilación. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras.
Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con él la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo.
En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares). Dijo que evidentemente la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.”
El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.

Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que LE HABÍAN ENSEÑADO A PENSAR.

Grupo 3ºC (Julián)

Saludos a todos/as los/as participantes en el club de lectura de nuestro Instituto. En primer lugar pasamos a presentar al grupo correspondiente.
Por un lado estamos los siguientes alumnos/as:
Raúl, Benjamín, Ana María, Rosario, Paula, Alvaro, Carolina, este grupo actualmente está leyendo el libro" Los espejos venecianos" de Joan Gisbert.
Michael, Estela, Rosa, Kamila, Maribel, Lucía, Susana, Sénera y Coral este grupo está haciendo lo propio con el libro: " Como agua para chocolate" de Laura Esquivel.

Cómo podréis imaginar son dos grupos bastante dinámicos y en principio han mostrado bastante interés en promover iniciativas encaminadas a abordar comportamientos que favorezcan una lectura comprensiva, que es uno de los principales objetivos de nuestro grupo. Las reuniones iniciales fueron para determinar la composición actual de los grupos y al mismo tiempo trazar unas líneas sobre como íbamos a desarrollar las sesiones; en ellas celebramos y fijamos unos primeros criterios para revalorizar y sensibilizar al alumnado de la importancia de la lectura en un mundo tan falto de conocimientos y experiencias propias.
Sobre todo hemos decidido a la hora de realizar los debates correspondientes centrarnos en analizar los diferentes personajes que protagonizan los libros, así como relacionarlos con nuestra etapa actual y como evolucionan en la obra. Además, dejar sentado un resumen sobre el mensaje y tramas subliminares que nos trasmite la lectura. Próximamente continuaremos relatando en este blog nuestras experiencias y hechos para conocimiento del club.

Saludos a todos/as y os invitamos a participar.

GUÍA PARA EL ALUMNADO



¿Qué es el Club de Lectura?
Es un club formado por alumnos y alumnas aficionados a la lectura

¿Qué hay que hacer para darse de alta?
Hay que ponerse en contacto con el profesorado colaborador del Club de Lectura:


Antonio (Cultura Clásica), Nuria (Inglés), Carmen (Matemáticas), Elena (Lengua y Literatura Castellana), Julián (Geografía e Historia), Mario (Geografía e Historia), Francisco José (Matemáticas), Rafael (Filosofía y Biblioteca), Esperanza (Lengua y Literatura Castellana), Estefanía (Inglés), o María Dolores (Lengua y Literatura Castellana)

No hay que pagar nada al darse de alta, y los libros los presta la Biblioteca.

¿Cuál es la principal actividad del Club de Lectura?
Como su nombre indica, la principal actividad es leer (en casa). Luego se acuerda un día y se hace una reunión en la Biblioteca para hacer un debate sobre lo leído y acordar las siguientes páginas a leer para el siguiente debate.

¿Todos leen el mismo libro?
Sí. Tanto los alumnos como el profesor leen el mismo libro, que será prestado por la Biblioteca como un préstamo especial por el tiempo que sea necesario. No hay que comprar los libros.

¿Qué ocurre si no da tiempo a leer lo acordado?
Si un día se olvida leer lo acordado o no ha dado tiempo, no importa. Pero sí hay que tener regularidad e ir leyendo lo que se acuerde en las reuniones.

¿Hay que leer en público?
No, se lee en casa. En cambio sí es conveniente participar en los debates.

¿Qué beneficio tiene leer?
La lectura tiene muchos beneficios, pero quizás el más importante es que aporta cultura. Las personas que leen tienen mucho ganado, pues la cultura que adquieren les sirve para madurar y desenvolverse mejor en la vida. La lectura también nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, a determinar qué cosas nos gustan y cuáles no, a descubrir cuál es nuestra postura en determinados temas sociales como la religión, la política, etc.
Además la lectura es divertida. Aunque hay personas a las que al principio les cuesta leer porque se aburren, tras un tiempo de práctica pronto comienzan a disfrutar de la lectura. Con el tiempo también sabremos qué tipo de lectura preferimos. Hay lecturas para todos los gustos.

¿Qué beneficio tiene pertenecer al Club de Lectura?
Además de los beneficios propios de la lectura (algunos de los cuales hemos descrito en la anterior respuesta), el más importante es que aprenderemos a obtener y expresar nuestras ideas y opiniones en una mesa redonda, en la que cada cual habla respetando a los demás. Aprenderemos también a oír a los demás, algo que es muy importante. Además el Club requiere de sus socios una regularidad en la lectura, que nos servirá para organizarnos mejor.





jueves, 24 de enero de 2008

Cambio de lectura


Grupo de 4ºA:


El diablo de la botella sólo le ha interesado a Anabel y a Anja, Rocío y Tamara me han pedido un cambio de lectura y han empezado con la historia de "Eros y Psique" incluída en El Asno de oro, de Apuleyo.

miércoles, 16 de enero de 2008

Grupo 4º A (Antonio)




Las alumnas del club de lectura de 4ºA, Rocío, Tamara , Anabel y Anja, junto con su profesor de Cultura Clásica, Antonio, como responsable, se encuentran leyendo en este momento El diablo de la botella, de Robert Louis Stevenson. Esperamos contar pronto con sus comentarios.

Grupo 4ºB (Esperanza)




Los alumnos Diego, Rafael, Javier y Sergio de 4º de E.S.O B están leyendo en este momento El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza. ¡Esperamos sus comentarios pronto!






jueves, 10 de enero de 2008

Presentación



En el IES Jacaranda funciona, por segundo año consecutivo, un Club de Lectura integrado por un grupo de profesores y otro de alumnos de 3º y 4º de la ESO entusiastas de la lectura. A continuación os ponemos algunos de los títulos que estamos leyendo o vamos a leer durante el presente curso:
EL señor Ibrahim y las flores del Corán, del escritor francés Eric-Emmanuel Schmitt (1960), en Ediciones Obelisco
.
Los espejos venecianos
, de Joan Manuel Gisbert, de la colección Alandar de Edelvives.
El señor del cero, de Mª Isabel Molina, de la editorial Alfaguara.
Como agua para chocolate, de Laura Esquivel, en Debolsillo.
¿Quién cuenta las estrellas?, de Lois Lowry, en la colección Nautilus de Planeta&Oxford.
El crimen de la Hipotenusa, de Emili Teixidor, en la colección Camaleón, también de Planeta&Oxford.
El Poema de Gilgamesh, en fotocopias que nos ha preparado el profe.
Y algunos más que ya iremos mencionando y de los que hablaremos aquí.